El error de Dios

?Por qu? se llama a Cristo «el Hijo de Dios»? Descubre una respuesta tan simple que te preguntar?s por qu? no la viste antes; y tan hermosa que te dejar? sin aliento. El Pr. David Asscherick comenta: «Simplemente, no puedo contener mi entusiasmo por el mensaje de este libro». Jes?s, el Hijo de Dios es, sobre todo, una gozosa exploraci?n y celebraci?n de Jesucristo, el Salvador del mundo. ?Gracias, Ty!".

Jayakumar Christian sostiene que, para dar soluciones sustentables a la carencia de poder, la pobreza y la opresi?n que sufren los pobres, es fundamental cuestionar y redefinir el poder desde la perspectiva del reino de Dios. Solo cuando nos damos cuenta de que ante Dios todos estamos con «las manos vac?as» o despose?dos, pueden ser restauradas las relaciones rotas.

Nada es m?s importante que escuchar, entender y obedecer la Palabra de Dios. Nuestras vidas y las iglesias locales dependen de esto para su vida, salud y crecimiento. John Stott, conocido en todo el mundo por el compromiso que ten?a con la Biblia tanto en su predicaci?n como en su vida, nos invita con una muy clara explicaci?n a dar esta importancia a las Escrituras. En este persuasivo libro, Stott demuestra el poder, la autoridad y la relevancia de la Biblia para cada cristiano en cada cultura y generaci?n. ?Cu?l es el prop?sito de la Palabra de Dios? ?C?mo nos se?ala a Cristo? ?Cu?l es su relaci?n con el Esp?ritu Santo? ?C?mo moldea a la iglesia? ?Qu? significa para el discipulado cristiano? El autor responde a estas preguntas con sabidur?a, autoridad y lenguaje comprensible, inst?ndonos a escuchar y obedecer la Palabra de Dios en el mundo de hoy.

De toda la polifac?tica obra de Al Alvarez, El Dios Salvaje es el libro por el que siempre se lo cita y siempre se lo recordar?: un hito en la ensay?stica sobre el suicidio que tiene la virtud de fusionar la perspectiva personal con una vasta reflexi?n sobre el tema en la historia y la literatura. Entre el relato en primera persona sobre su relaci?n con Sylvia Plath durante los ?ltimos d?as antes de que la poeta decidiera quitarse la vida, y la cr?nica de su propio intento de suicidio a los treinta y un a?os, Alvarez recorre la actitud cambiante de la cultura occidental hacia ese acto radical, a la vez irracional y l?cido, que modula el arte y la literatura de los ?ltimos dos milenios. Al discutir desde el suicidio honorable en algunas sociedades antiguas hasta la autoeliminaci?n como acto pecaminoso, luego delictivo y por fin conclusi?n inevitable de ciertos callejones est?ticos y pol?ticos, Alvarez se destaca como cr?tico implacable pero tambi?n emp?tico, sin perder jam?s de vista la dimensi?n humana, insondable y a fin de cuentas privada del acto en s?. El Dios Salvaje es un libro que quema por su honestidad, su cruda verdad: no hay forma de que nos deje indiferentes.

El Dios de nuestra vida constituye el s?ptimo tomo de la serie «Jos? Kentenich: una presentaci?n de su pensamiento en textos», una colecci?n de textos del fundador de Schoenstatt recopilados y editados por el P. Herbert King. Los escritos recogidos en este volumen reflejan el mensaje y praxis centrales de Schoenstatt y de Kentenich: la fe no es s?lo creer en la palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia, se trata ante todo de detectar a Dios en cada ?poca, en la vida diaria y en las correspondientes reacciones del alma, y experimentando all? su llamado, saludo y mensaje. En esa l?nea, buena parte de los textos abordan el tema de la fe pr?ctica en la divina providencia, pues la convicci?n de que Dios act?a nos hace estar alerta y percibir una y otra vez el plan que Dios tiene «para m?». Un segundo aspecto de este tomo se encuentra en la filosof?a de la historia de Jos? Kentenich, en la importancia de comprender el sentido de los «signos de los tiempos», y no como lo har?a un profeta de desgracias que s?lo ve calamidades, sino en la confianza de que Dios est? presente desde el principio, y permanece desde la creaci?n como Se?or del devenir de la historia que sostiene y desarrolla. Por ?ltimo, el lector podr? encontrar aqu? la «espiritualidad de colaboraci?n con Dios». El P. Kentenich designa su concepci?n de la historia como «creativamente te?sta», con ella toma distancia de toda concepci?n de historia unilateralmente activa o pasiva, para rescatar que Dios act?a siempre mediante «causas segundas libres».

Si Dios est? en control de todo, ?quiere decir que el cristiano puede confiar en Dios sin esforzarse en evangelizar? ?O el evangelismo activo del hombre implica que Dios no es soberano en la salvaci?n del hombre? El Dr. Packer, profesor de Teolog?a Sistem?tica e Hist?rica en Regent Collage, demuestra en este libro que las dos actitudes son falsas. Su estudio cuidadoso, incisivo y penetrante de la Biblia nos ense?a que el entendimiento correcto de la soberan?a de Dios no es un impedimento para la evangelizaci?n sino un ?nimo y apoyo poderoso para ello.

Mujeres que tocan el coraz?n de Dios es una invitaci?n a orar en femenino. Es un libro inspirado en el testimonio de diversas mujeres, la mayor?a hist?ricamente situadas en distintas ?pocas y culturas, y perteneciendo a diferentes condiciones sociales, desde los tiempos b?blicos hasta nuestros d?as. El texto consta cuatro partes escritas en orden cronol?gico, cada una formada por peque?os cap?tulos, que contienen la biograf?a resumida de una de estas mujeres, seguida de una invitaci?n a la oraci?n. La intenci?n es ofrecer un instrumento sencillo para oraci?n y para alimentar la espiritualidad. ?C?mo tocaron estas mujeres el coraz?n de Dios? La autora dice que acerc?ndose a ?l. Lo tocaron al cultivar en ellas una cercan?a especial al Dios-Amor, al entregarse a ?l en cuerpo y alma, y al reflejar esa cercan?a en su vivencia del amor al pr?jimo. Amaron a los dem?s por encima de s? mismas. Por eso tocaron el coraz?n de Dios, y, en palabras humanas, Dios se dej? tocar por el valor de la fe activa de estas mujeres, y confirm? su testimonio.

Esta obra no nos conduce por la v?a del irracionalismo. Al contrario, con ella la inteligencia se potencia al m?ximo, la libertad de maniobra —de actuar conforme a la propia voluntad— se convierte en libertad creativa —libertad de actuar por el bien de los dem?s—, se aumenta la capacidad de crear modos valiosos de unidad con las realidades del entorno, se consigue superar diversas aparentes paradojas u oposiciones: por ejemplo, entre libertad y normas, independencia y solidaridad, lo interior y lo exterior, lo individual y lo comunitario… Esta potenciaci?n de la inteligencia nos permite descubrir el poder clarificador que tienen los «c?rculos virtuosos», anillos de conceptos integrados entre s?. Uno de ellos clarifica el sentido profundo del «silencio de Dios». Al descubrirlo, la supuesta indiferencia de Dios ante nuestros males no s?lo no nos aleja de la fe, sino que incrementa al m?ximo nuestro amor agradecido a la figura del Cristo silente en la Pasi?n, que da la vida por nosotros con un amor absolutamente incondicional. Al final del libro, La mirada profunda y el silencio de Dios, nos lleva a captar el papel decisivo que juega el amor en nuestros actos de participaci?n. Si acogemos la palabra del Evangelio que nos manda amarnos con amor oblativo —amor de ?gape— y participamos, as?, del tipo de amor que constituye el ser de Dios, tenemos la promesa de que Jes?s y el Padre vendr?n a nosotros y morar?n en nuestro interior. Para llegar a Dios no hemos de dar un paso o un salto hacia ?l. Si participamos en su ser —que se define como amor de ?gape, amor oblativo—, ?l vendr? a nosotros y nos convertir? en amigos suyos (Jn 15, 14). Lo decisivo en el tr?nsito del nivel 3 al 4 no es un paso o un salto; es una transfiguraci?n. El camino hacia Dios consiste en transfigurarnos mediante nuestra participaci?n en su amor incondicional. «…Quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en ?l a su plenitud. En esto conocemos que estamos en ?l» (Jn 2, 5).