Fernando VI y la Espa?a discreta

Durante casi ocho siglos convivieron cristianos y musulmanes en la Pen?nsula Ib?rica, y su historia nos ha llegado en buena parte mediante cronistas de ambas comunidades, que iban escribiendo su relato. Mucho se ha escrito sobre este per?odo, desarrollando esas fuentes hist?ricas. Pero poco, sin embargo, sobre la propia mentalidad de esos cronistas, de ambos bandos. ?Qu? pensaban sobre sus rivales, y sobre s? mismos? ?C?mo ve?an al enemigo, y c?mo lo describieron? ?Y a s? mismos? La imagen no es una concepci?n objetiva de la realidad, y su an?lisis puede permitirnos comprender la «mentalidad de hostilidad» entre ambos pueblos, y su autoconciencia como grupos rivales. El autor circunscribe su estudio al per?odo desde el siglo VIII, con la conquista de Espa?a por los musulmanes, hasta el fin de la «Gran Reconquista», cuando el gobierno musulm?n se repleg? en Granada, ya en las postrimer?as del siglo XIII.

Desde la desaparici?n de las cartillas de racionamiento en 1952 hasta la muerte Franco en 1975 tuvo lugar el llamado «milagro espa?ol». Si a comienzos de los cincuenta el hambre no era solo un mal recuerdo, a mediados de los setenta los niveles de bienestar eran m?s que notables. Entre medias hab?a surgido una amplia clase media como nunca antes en nuestra historia. Desgraciadamente el enorme progreso econ?mico no fue acompa?ado de las libertades p?blicas y los derechos ciudadanos, constre?idos por una dictadura no tan monol?tica como a veces se ha dicho. La Espa?a austera es un ameno acercamiento a la vida cotidiana de aquellos a?os: desde la vivienda, la alimentaci?n, la higiene, la vestimenta y su extenuante aprovechamiento, hasta las distintas formas de ocio y descanso (vacaciones, futbol, televisi?n, cine, fiestas y celebraciones) pasando por la asfixiante moral, la ense?anza, el humor o el noviazgo y matrimonio de los espa?oles. Todos estos cambios se produjeron al tiempo que el turismo se convert?a en una importante fuente de divisas y en un disolvente de la mentalidad de los espa?oles que ve?an aparecer en su horizonte gris unos ex?ticos vecinos de los que llevaban d?cadas artificialmente separados. Con su caracter?stico estilo divulgativo, Jos? Calvo Poyato nos ofrece aqu? una documentada mirada de la Espa?a de nuestros padres y abuelos, de los a?os que pusieron las bases imprescindibles de la prosperidad posterior. Un pu?ado de im?genes poco conocidas complementan el retrato de ese cuarto de siglo que cambi? Espa?a para siempre.

Salarios de miseria, horas extra sin remunerar, pluriempleo y jornadas parciales, falta de tiempo para conciliaci?n familiar u ocio, ansiedad –tantas veces devenida en depresi?n–, accidentes laborales, consumo de anfetaminas para rendir, indefensi?n ante los abusos empresariales, temporalidad, ofertas de trabajo surrealistas, sobrecualificaci?n, falsos aut?nomos… La vor?gine de precariedad sigue y sigue, mientras la obnubilante cultura del «t? puedes con todo», la romantizaci?n de la pobreza y la ideolog?a del emprendimiento contribuyen a taponar las posibles v?as de escape. Se?as de identidad de nuestro tiempo y sino de varias generaciones, ?y si la inestabilidad e inseguridad padecidas no son fruto del fracaso personal, sino de un modelo que apuesta por los beneficios empresariales a costa de exprimir al m?ximo a los trabajadores?Alejandra de la Fuente habla desde una de esas generaciones que nacieron con la batalla perdida, una voz joven que pone al descubierto el depauperado modelo laboral que sufrimos: relatos, historias y realidades –a veces de terror– que hablan de todos nosotros, de nuestra vida en la jungla laboral y su influencia fuera de ella. Un texto estremecedor, que aborda las esferas implicadas en la articulaci?n del actual mundo del trabajo y disecciona las caracter?sticas de las empobrecidas condiciones de vida en la Espa?a del siglo XXI.

La ?poca de los Estados nacionales, probablemente en v?as de superaci?n, nos plantea la necesidad de hacer un balance de su trayectoria. ?C?mo puede valorarse la del Estado nacional espa?ol? ?Hasta qu? punto la l?gica y los intereses que predominaban en ?l fueron distintos de los que surg?an en unas periferias claramente diferenciadas? ?Qu? grado de sinton?a hall? el Estado central en estas sociedades perif?ricas? En los debates pol?ticos actuales como en la investigaci?n hist?rica, los d?ficits y las realizaciones del Estado desempe?an un papel clave, sobre todo en lo relativo al «largo siglo XIX», en el que se fragu? la Espa?a contempor?nea. Este libro, a la luz de algunas de las m?s importantes investigaciones de la ?ltima d?cada, replantea las grandes cuestiones y ofrece nuevas perspectivas, m?s acordes con la investigaci?n emp?rica y con los estudios comparativos.

La Guerra Civil española vista por grandes intelectuales del siglo XX: Thomas Mann, André Gide, Albert Camus y George Bernanos Adentrarnos hoy en la Guerra Civil espa?ola no para reabrir viejas heridas, sino para descubrir que todas las ideolog?as, de uno u otro signo, brutalizaron y derrotaron la unidad moral y espiritual que constituye la ra?z hist?rica de los pueblos de Espa?a. Para grandes esp?ritus de aquel tiempo, como el alem?n Thomas Mann, liberal conservador, la Guerra Civil constituy? «el esc?ndalo m?s sucio de la historia de la humanidad», un crimen que interpelaba a la conciencia de los hombres de toda condici?n, tiempo y origen. El izquierdista Andr? Gide y el entonces a?n comunista Albert Camus coincidieron en que fue «una degradaci?n del esp?ritu sin precedentes». Al mismo tiempo, el novelista Georges Bernanos, de pensamiento cat?lico y filiaci?n mon?rquica, vio en ella «la desaparici?n del hombre de buena voluntad». Comprender en toda su profundidad c?mo cuatro sensibilidades pol?ticas tan dispares coincidieron en su comprensi?n moral de aquel conflicto es uno de los objetivos que se plantea Jean-Pierre Barou. La guerra de Espa?a: reconciliar a los vivos y los muertos es un regreso a la escena del crimen desde una nueva perspectiva, m?s cercana a la sensibilidad de las j?venes generaciones de espa?oles. Barou recorre y reinterpreta con originalidad y lucidez algunos momentos clave de nuestra historia, y los enlaza en una continuidad tr?gica: desde el Fuenteovejuna de Lope de Vega a la Yerma de Garc?a Lorca y el posterior asesinato del poeta. Y muestra una vez m?s la asombrosa capacidad de la literatura para trascender la historia de los hechos consumados. «Que los muertos nos perdonen. Que sean liberados de nuestra ingratitud. Esta es la oraci?n de Barou». Basilio Baltasar"La originalidad de su enfoque y su elecci?n de presentar an?lisis y reflexiones de los intelectuales m?s prestigiosos de la ?poca, voces tan profundas y poderosas, produce un efecto deslumbrante y atrae al lector". Eneko Landaburu, ex director general de Relaciones Exteriores de la UE

No pocas personas, organizaciones e instituciones han sido excluidas del proceso de elaboraci?n de la Ley de Regulaci?n de la Eutanasia en Espa?a. Se opt? por tramitarla de modo abreviado, sin que apenas pudiera existir debate p?blico. Fue presentada por el partido que apoya al Gobierno de coalici?n, sin informe del Comit? de Bio?tica. Apenas hubo debate parlamentario, pues se considera la pol?tica una mera cuesti?n de votos. Tramitada como proposici?n, un Gobierno con mayor?a puede impedir la participaci?n de ?rganos consultivos, y as? se hizo. Sus promotores pueden intentar sofocar el debate p?blico, pero no pueden impedirlo. Este volumen recoge algunas de esas voces discrepantes —m?dicos, juristas y fil?sofos—, para facilitar a los lectores otros puntos de vista y promover un sano pluralismo que favorezca la salud democr?tica.

La Transici?n tambi?n se jugaba fuera. Este libro presenta la Transici?n espa?ola como un episodio de la pol?tica bipolar. ?Qu? supone Espa?a desde el punto de vista geopol?tico al final de la Guerra Fr?a? La sede de las bases militares norteamericanas. La Revoluci?n de los Claveles infundi? en los gobernantes occidentales el temor a que la OTAN se debilitara. Lemus nos ofrece su visi?n novedosa de la actuaci?n de Kissinger en la pen?nsula junto al resto de los aliados occidentales para canalizar el proyecto reformista. Cuando Franco agoniza, Espa?a abandona el S?hara, ?por qu? no fue posible el refer?ndum que la ONU ped?a? Entre el nacimiento de un pa?s inestable, posiblemente influido por Argelia, y la anexi?n a Marruecos, Kissinger y Giscard d'Estaing optaron por reforzar la monarqu?a de Hassan II para mantener la hegemon?a en el Atl?ntico. Mientras, en Espa?a, el Gobierno se divid?a y finalmente tomaba la decisi?n de garantizar el futuro de la monarqu?a, evit?ndole el problema de un Ej?rcito fraccionado, y la de salir cuanto antes. Hay cuatro situaciones de fondo que configuran la base de las relaciones entre Estados Unidos y Espa?a y, en gran medida, entre Occidente y Espa?a en el marco del final del r?gimen de Franco, cuando la evoluci?n posterior del pa?s parec?a muy imprecisa. No existe un intervencionismo directo occidental ni norteamericano sobre Espa?a, el inter?s norteamericano era primordialmente geoestrat?gico; su preocupaci?n por el devenir espa?ol se increment? notablemente tras el 25 de Abril en Portugal, desde Estados Unidos se utiliz? al m?ximo la vinculaci?n de dos conceptos, el de liberalizaci?n y el de conexi?n con Occidente y, paralelamente, la Administraci?n Ford insisti? en que sus socios europeos secundaran su actuaci?n en Espa?a. Todas estas ideas se conectan entre s? entretejiendo la trama de las actuaciones norteamericanas con respecto al futuro pol?tico espa?ol.

La trayectoria profesional de Alfonso Mart?nez Berganza abarc? tres d?cadas de la historia del periodismo espa?ol del siglo pasado en las que desarroll? su actividad en los puestos y medios m?s diversos, desde editorialista de la «Tercera P?gina» del diario 'Pueblo' hasta su labor en RNE, donde, como se?al? su obituario, «supo ser jefe en momentos dif?ciles de la vida pol?tica espa?ola». Durante su carrera fue galardonado con diversos premios period?sticos y literarios, entre los que se cuenta el I Premio Hemingway de Periodismo para art?culos de tema taurino. 'Hemingway en la Espa?a taurina' es una iluminadora inmersi?n en los escenarios taurinos del nobel norteamericano. A ra?z de su muerte en 1961, Mart?nez Berganza erigi? este tr?ptico literario «en defensa de un amigo», que nos sumerge en la pol?mica sobre el conocimiento de la fiesta de los toros por parte del escritor de Illinois, recreando sus paisajes literarios y personales. Este volumen recoge as? los debates planteados en aquellos a?os en Espa?a, pol?micas que son resueltas desde un an?lisis riguroso y objetivo de los textos y las opiniones vertidas.

La obra Espa?a, la crisis del Antiguo R?gimen y el siglo XIX pretende aportar, desde un punto de vista tan ameno y divulgativo como riguroso, el devenir del pa?s a lo largo de un siglo, el XIX, una evoluci?n que precisa tal vez mas que cualquier otra de una profunda revisi?n historiogr?fica. Juan Granados, a trav?s del estudio de los principales factores econ?micos, pol?ticos y sociales que definen el per?odo, nos aporta su particular punto de vista sobre la construcci?n, exitosa en ocasiones y an?mala en otras tantas, de nuestra contemporaneidad. Aunque en la historiograf?a reciente parezca estar de moda la defensa de Espa?a como un pa?s de evoluci?n hist?rica «normal» dentro del ?mbito europeo de las cosas, pareciendo querer presentarse la historia de un pa?s que efectu? el tr?nsito desde las profundidades del Antiguo R?gimen a la contemporaneidad sin mayores ambages y con una esperable sucesi?n de los acontecimientos, tal aserto parece dif?cil de sostener tan gratuitamente. Por ejemplo, cuando alguien se toma el trabajo de releer el discurso liberal de las Cortes de C?diz, descubre sin mucho esfuerzo que ?ste tiene m?s que ver con la tradici?n de campanario del Derecho hispano, lleno de religiosidad, fueros, excepciones y particularismos locales que con el igualitarismo legal y ciudadano de los revolucionarios franceses, hecho que explica, al menos en parte, el palmario fracaso del ideal nacional de Espa?a. Y es que nuestro siglo XIX siempre ha rebosado de cuentas pendientes y cuestiones sin resolver. No tenemos m?s que recordar, por ejemplo, la debilidad del liberalismo decimon?nico espa?ol, significativamente siempre en manos de militares −Espartero, Narv?ez, O'Donnell, Prim, Pav?a, Serrano y tantos otros son ejemplo de lo que queremos decir−, tambi?n el predominio de una clase pol?tica de ?nfima catadura moral que elev? la figura del cacique a sus m?ximas posibilidades.