No prometo nada

?Qu? ser?a de un libro de cuentos que no conmoviera? Quiz?s apenas un pu?ado de pablaras habitando entre sus tapas. Ahora, aquello que sucede cuando nos encontramos con relatos como los que escribi? Hilaria Rastelli, es la magia de la literatura.Desde «Soledad» y «El r?o» se comienza a atravesar estas p?ginas sin poder prescindir del sentimiento propio de las buenas historias que, adem?s, est?n narradas con oficio.Vemos desplegarse la vida de personajes entra?ables. Las mujeres ser?n las grandes protagonistas. Ni?as, adolescentes, adultas intentando encontrar un modo de sobrevivir en medio de un mundo hostil que se empe?a en confrontarlas con la injusticia, el dolor, la vulnerabilidad, el desamor o el abandono. Incluso se despliega la maternidad lejos de mandatos y estereotipos como en «Caja de zapatos» y «La ?nica nena del sal?n». Pero ellas no se rinden, resisten, avanzan, a?n desde corta edad.Escribe Mempo Giardinelli : «la mejor literatura es la que no depende de la voluntad de los escritores, ni se hace con f?rmulas o recetas, sino la que proviene simplemente de las pasiones.»Sin dudas, la pasi?n por el oficio de escribir es el alimento de estos cuentos habitados por personajes que al llegar a «Despedida» no queremos dejar ir. Ojal? volvamos a encontrar estas historias en nuevas lecturas que nos conmuevan tanto como estas. Victoria Mora

?Hasta d?nde puede llegar la ciencia? ?Y hasta d?nde el atrevimiento de Allais? Como un Verne risue?o e irreverente, precursor de Breton (quien lo incluye en su Antolog?a del humor negro), de Queneau, de Vian, Alphonse Allais se zambulle de lleno en los t?picos m?s variados del progresismo cientificista de entresiglos y no deja t?tere con cabeza. En esta amplia selecci?n de elegantes y exquisitos dardos, el genial bon vivant y fumista impenitente da sobrada muestra de su dominio del g?nero corto, la s?tira social y la iron?a costumbrista. Ning?n rinc?n de la ciencia queda a salvo de su ingenio; ninguna posibilidad de experimentaci?n resulta inexplorada. Pero su pluma alegre y voraz no solo destripa temas: tambi?n el lenguaje se ve sometido a un diver- tido escrutinio. Allais es el cronista de la Par?s imposible, tierna, entusiasta, cercana: lo leen los ilustrados y las clases populares. Inventor del caf? soluble, de los soportes mec?nicos para reemplazar el papel, de mil y un artilugios y ocurrencias, Allais nos lleva a recorrer el mundo sin moverse del bar de la esquina. Quienes lo hayan le?do, encontrar?n aqu? nuevos motivos de asombro y deleite; quienes no lo conoc?an, agra- decer?n esta cuidada introducci?n a uno de los maestros del humor y la anticipaci?n literaria en toda regla.

Convencido de que dentro de esa enorme —y muchas veces indomable— bestia llamada memoria, en alg?n h?medo rinc?n, se halla todav?a encendido el instante en el que el errante protagonista de estos poemas inici? su deriva por los campos del tiempo, decide ir en su b?squeda. Las palabras surgir?n como herramientas ?tiles para remover los pliegues donde se ocultan, reunidos desde hace tanto, recuerdos familiares, experiencias personales, deseos y p?rdidas. Pero ellas, por supuesto, no le servir?n tan solo para eso. Tambi?n ser?n capaces de retratar, de registrar, cada uno de esos reencuentros. Sean estos felices o no: «Mi refugio es la poes?a, / con o sin espada/ siempre afilo el l?piz». As? pues, Como errante que no quiere nada, es el registro de ese trayecto interior. La historia descrita no solo es la de una personalidad en formaci?n, sino adem?s la de un individuo que se descubre como poeta. Con la intensidad de estas experiencias ?ntimas su creatividad ser? estimulada. Del mismo modo como le ocurre con aquello que lo rodea: «La belleza para m? fue incluir lo profundo de la vida,/ las cosas simples, complejas, parecidas al laberinto». El esfuerzo llevado a cabo en la realizaci?n de estos actos —el hurgar en su memoria, el reaccionar ante el mundo— ser? similar al que utilizar? para la escritura. Y es que ser?n actividades equivalentes, pues siempre le permitir?n reconocerse, reconstruirse, despu?s de cada desasosiego: «Desde que perd? sus ojos/ solamente r?o por la sencilla raz?n/de que abatano el aire,/ tomo hiel y dan ganas de escribir».

En un tiempo como el actual, cuando los valores superiores del esp?ritu est?n tan postergados, este libro rescata dichos valores, y se?ala el camino hacia una vida pr?spera y saludable.

Los relatos de esta antolog?a no son sexis, no hablan sobre el placer de las mujeres en el sexo, sino que abren un di?logo hacia otra problem?tica: la falta de placer y de erotismo en las relaciones sexoafectivas. ?Cu?ntas veces hemos sufrido las mujeres micromachismos o violencias en las relaciones? ?Cu?ntas veces la relaci?n parec?a ir viento en popa, pero acaba siendo esperp?ntica y absurda? Relatos nada sexis recoge las historias y testimonios de treinta autoras, todas ellas provenientes de diversos lugares del mundo hispanohablante y de distintos contextos socioculturales. Si algo tienen en com?n es que visibilizan situaciones que muchas mujeres hemos podido experimentar, pero cada una aporta un matiz diferente en la cuesti?n planteada: relaciones de amor frustradas, situaciones en las que la mujer se empodera, testimonios valientes de sucesos escalofriantes, venganzas y finales desastrosos y apote?sicos, etc. Con esta antolog?a se pretende deconstruir el discurso er?tico normativo y predominante en la literatura, y as? reivindicar el placer de las mujeres desde una perspectiva m?s plural, diversa y, sobre todo, feminista.

"Ciudad Mediana, a?os ochenta. Los yonquis habitan los descampados y olvidan a sus cr?as dentro de cobertizos de uralita. En uno de ellos sobrevive milagrosamente un cachorro silencioso que se deja aplastar por el sol. Dos se?oras muy c?ndidas y amables lo rescatan, le limpian la cara con agua de colonia y comienzan a hablarle de Dios y de espaguetis. Mientras, en otro lugar que huele a vaca y a pienso, una ni?a feliz observa c?mo su madre naufraga en la cama, los ojos perdidos en alg?n lugar, el pelo sucio, el pijama pegado a la piel desde que pap? se march?". As? resumi? Pablo Guti?rrez esta novela ?nica, ganadora de la XXI Edici?n del Premio Ojo Cr?tico de Narrativa de RNE, en 2010, y que es considerada como una de las obras clave de la literatura en espa?ol de este siglo. Isaac Rosa enfatiza en su pr?logo que Nada es crucial «es noveladescampado sobre todo por su escritura, su despliegue l?rico y la violencia de su voz. Prosa descampada, tan desapacible como magn?tica, novela sin ley que contiene belleza y mugre por igual. Una novela alambrada, afilada, llena de fragmentos rotos y cristales».

Han pasado casi veinte a?os —de los cuales el profeta lleva quince en la eternidad—, y aqu? estoy otra vez sentado sobre las mismas posaderas, frente a la m?quina original de Gonzalo que termin? por heredarle, preparando la edici?n de las Memorias de un presidiario nada?sta. Como en aquellos d?as, los ojos se me llenan de nubes al contemplar en perspectiva esta generaci?n nada?sta que la vida se ha ido llevando en los cuernos. Ya empiton? al profeta, a Am?lcar Osorio y a Dar?o Lemos, y se abren las apuestas acerca de a qui?n apunta la pr?xima embestida.Que en este libro vea Medell?n c?mo escarneci? a su profeta. «Medell?n, a la que amo tanto, por la que tanto muero». Y c?mo ?l, en medio de su amor la maldijo entre dientes tras las rejas de su alma. Y como no hay deuda ni pena que no se cumplan ni se paguen, somos ahora testigos del karma urbano. Una ciudad que condena a su poeta a la irrisi?n, est? condenada a su vez a ser pasto de las fieras. Jotamario Arbel?ez, Bogot?, 1991.

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