La muerte le sent? bien a Benito Ju?rez. En cuanto exhal? su ?ltimo suspiro, tras la dolorosa angina de pecho, se inici? el lento y sutil proceso que convertir?a al liberal oaxaque?o en uno de los mayores h?roes de la historia patria. A revisar esa trayectoria, m?s que a narrar la vida del zapoteco que se convirti? en presidente de la rep?blica, se dedica aqu? Rebeca Villalobos ?lvarez: con herramientas ret?ricas empleadas de un modo original, la autora muestra las transformaciones que experiment? el Benem?rito de las Am?ricas durante el siglo posterior a su fallecimiento, as? como los usos pol?ticos que se le han dado a su memoria: pr?cer inmaculado, indio sublime, mexicano ejemplar. La mirada de la historiadora se detiene en numerosos ejemplos cuidadosamente seleccionados —esculturas de cuerpo entero, bustos, piezas literarias, fotograf?as, grabados, caricaturas, pinturas, pel?culas, obras de historia— para mostrar la evoluci?n de un discurso que ha destacado la sobriedad del jurista, la severidad del jefe de la naci?n o la firmeza de car?cter en plena adversidad, desviando la mirada de los rasgos autoritarios del hijo predilecto de Guelatao. As?, el lector comprender? los cambios en la adoraci?n de un personaje central del siglo XIX mexicano y comprobar? que las m?ltiples representaciones del h?roe hacen tangibles sentimientos, valores e ideas que se consideran provechosos y leg?timos. Ya no volveremos a ver con los mismos ojos la imagen de Ju?rez en un billete, un monumento o un logotipo. «Una visi?n panor?mica de c?mo a lo largo de un siglo se construy?, en los ?mbitos de la pol?tica, el arte y la cultura popular, la imagen m?tica y emblem?tica de Benito Ju?rez, la figura heroica por antonomasia de la historia y la memoria mexicanas». Virginia Guedea, UNAM «Un libro como ?ste invita a la revisi?n cr?tica de la historia de bronce por medio del an?lisis de los usos pol?ticos de los h?roes como figuras simb?licas, usos que practican las ?lites y los sectores populares, los artistas y los acad?micos, los gobiernos y sus oposiciones». Rafael Rojas, El Colegio de M?xico
